«Al cielo por las familias…»

La cuadrilla de costaleros finalizó sus ensayos.

Las habituales noches de los viernes se transforman en la mañana del último ensayo, en un domingo luminoso en lo que, acertadamente, se ha dado en llamar El Ensayo de las Familias.

Y es que a la cita acuden muchos de aquellos hermanos y familiares que no pueden hacerlo en las noches precedentes. Especialmente en su parte final, cuando los capataces de Jesús del Gran Poder y Nuestra Señora de la Esperanza dan el protagonismo a los más pequeños y a los familiares que acuden a ensayo. Las parihuelas rodeadas de la chiquillería, que a las órdenes de los capataces van llamando los pasos bajo los cuales van sus papás o titos, alivia bastante el ensayo y dan un sentido distinto a las simples vigas de hormigón que el Martes Santo se transforman en clavel, palio, cruz del Señor, cera… Conforman los altares de nuestras advocaciones en la Estación de Penitencia.

El entreno se desarrolló entre un gran ambiente y un buen trabajo, tanto en la cuadrilla del Señor como en la de palio. La banda de cornetas y tambores puso, en directo, los sones musicales al paso del Moreno de Santa Ana.

Tras la finalización del ensayo, los kilos de cemento dieron paso a los kilos de arroz. Tuvo lugar un almuerzo de confraternización y de un buen rato en hermandad.

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