Parece que fue ayer cuando un grupo de hermanos comenzábamos, hace ya más de nueve años, la hermosa aventura de regir el destino de NUESTRA Hermandad. Personalmente ha sido una experiencia enriquecedora, un verdadero honor y orgullo poder coordinar el extraordinario equipo de trabajo del que me rodeé e intentar ponerlo al servicio de NUESTRA hermandad.
Mi gratitud a todas las familias de los miembros de la Junta de Gobierno y de muchos otros hermanos que han trabajado jornadas completas en el día a día durante todo este tiempo, os he robado a vuestros seres queridos muchas horas. Como no, también a la mía por su incondicional aliento y respaldo. ¡GRACIAS!
También quiero mostrar públicamente el reconocimiento a todos y cada uno de los hermanos por el respeto, el apoyo y la comprensión que habéis mostrado ante todas y cada una de las decisiones que se han tomado en estos nueve años. Una hermandad la hacen grande sus hermanos, nuestra hermandad es por eso muy grande. Somos un puzle, de más de mil trecientas piezas, donde todas y cada una es fundamental para dar sentido al conjunto. ¡GRACIAS!
Nuestro principal objetivo era sin duda mantener viva la llama de la fe y el cariño hacia ELLOS. Sin olvidar nunca que solo somos un eslabón más en el devenir de las sucesivas generaciones y estamos moralmente obligados a transmitir a quienes vendrán lo mejor de cuanto hemos heredado dando muestra de lo que somos: cristianos comprometidos. Hemos intentado anudar el pasado con el futuro; recoger el legado de nuestros predecesores y transmitirlo a quienes nos sucedan.
Se aproximan años muy importantes para nuestra hermandad con retos y proyectos ilusionantes para todos, por eso os pido que acudáis todos a votar y apoyéis, exactamente igual que lo habéis hecho con nosotros, al nuevo Hermano Mayor que salga elegido y a su nueva Junta de Gobierno.