Foto: Sergio Aguayo.
Comienza un nuevo curso y volvemos a la rutina. Septiembre marca en la sociedad un nuevo inicio. Nosotros lo hicimos el pasado domingo con la celebración de nuestros cultos mensuales, tras un verano diferente, extraño, como lo está siendo el año, marcado y marcados por la pandemia.
Nuestro párroco y director espiritual José Gabriel Martín, nos dejaba unas reflexiones en su homilía sobre la Palabra Mt. 18,15-20 «Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». Nos animaba a perder el miedo -no así la responsabilidad individual y colectiva- en medio de un tiempo incierto y desconocido. Nos exhortaba José Gabriel a no viralizar el miedo (cual mensaje de whatsapp); nos animaba frente a ello a viralizar la esperanza en nuestro día a día, en nuestra vida. Esa ESPERANZA que nosotros escribimos en mayúsculas. Esperanza Madre del Señor del Gran Poder a quienes rezamos y damos gracias, y nos encomendamos y que coronan nuestras casas.
Es un tiempo de reinicio y reencuentro, oportuno para compartir ese mensaje.