El paso de palio de Nuestra Sra. de la Esperanza constituye todo un conjunto de indudable valor patrimonial y catequético. Se configura como un canto a la vida de María. El palio y bambalinas fueron ejecutados por la genial bordadora Trinidad Morcillo Raya (1955) y constituye una de las grandes obras del bordado granadino a realce, en oro y sedas sobre terciopelo verde. El manto, bordado en oro sobre terciopelo verde, es de Casa Garín (Valencia, 1930), aunque fue restaurado y completado por el bordador malagueño Sebastián Marchante en 2004, introduciendo asimismo greca exterior con óvalos que contienen pinturas sobre óleo de la artista malagueña Maribel Lozano.
La nueva orfebrería del paso de palio comenzó a gestarse en 1994 con el juego de varales (Viuda de Villarreal). De 1995 y 1996 datan, respectivamente, el llamador, formado por un ancla en la que se posan dos ángeles querubines portando costal y escudo corporativo, y la peana, en cuyo frente se exhibe una reproducción de la escena de la Encarnación que existe en el tondo de la fachada de la Catedral de Granada, efectuados por el mismo taller de Villarreal.
Por su parte, siendo hermano mayor Antonio Reyes López, el taller sevillano de Orfebrería Maestrante ejecutó tanto los respiraderos, en metal plateado con paños dorados y en los que se incluyen escenas con misterios dolorosos y gloriosos del Santo Rosario y jarritas de azucenas, como los brazos de cola (1999), donde se recogen también escenas en miniaturas efectuadas en madera policromada efectuadas por el escultor de la Algaba, Miguel Ángel Domínguez, que reproducen la Visitación de Santa Isabel y la Epifanía. De mismo autor son las tres Virtudes Teologales en madera policromada que presiden la delantera del respiradero y el apostolado de las bases de los varales.
También son de Orfebrería Maestrante las jarras y candelería del paso (2001).
Por otra parte, el sobretecho de palio es una pintura del artista granadino Antonio Rebelles (2006).
El paso de palio se exorna tradicionalmente con clavel blanco en las jarras y el friso y rosas ‘champán’ en las violeteras delanteras. No obstante, cuando la Virgen procesionaba en el antiguo Paso de López Burgos, en los años 70 y 80, se presentó con esquinas de gladiolo y a principios de los 90 con violetera de orquídeas blancas o “liliums” del mismo color.